Y llegó el día de Thanksgiving. Ese día donde el protagonista es el pavo. Y no un pavo cualquiera, sino un señor pavo, de esos que se salen de la bandeja de lo gordotes que son. Y sí, tenía muchas ganas de este día. Lo quería celebrar como un americano más, quería preparar mi pavo, con su puré de patatas y su tarta de calabaza y/o pastel de manzana. Estaba dispuesta a comprar un pavo e invitar a todos mis vecinos, con tal de poder celebrarlo… Sin embargo no hizo falta.
Hace unas semanas conocí a Cassandra (holaaaa! -por si me estás leyendo). Es de Wisconsin, pero se mudó a Boston hace unos meses como nosotros. Como hacía unos años que no celebraba Thanksgiving, decidió hacer una comida con la gente que han conocido aquí (su marido Jordan y ella), y entre ellos Bonito y yo.
Thanksgiving, es una celebración para dar las gracias por las cosechas recogidas en ese año y se celebra con amigos y familia. Digamos que es una especia de cena de Navidad, en la que los invitados se arreglan para la ocasión, se decora la mesa y se prepara una cena. En Estados Unidos se celebra el cuarto jueves de Noviembre.
La cena fué de lo más variada. Nos citaron a las 12 de la mañana en su casa y fuimos apareciendo poco a poco. Era una reunión de lo más internacional: Dos americanos (anfitriones), dos chinos, un coreano, dos de Hongkong y dos españoles (nosotros). La enfitriona nos obsequión primero con unos aperitivos de los cuales algunos de ellos eran caseros para luego continuar con la cena. Una cena de 10. Riquísima. Para repetir. Inolvidable. Única. Perfecta. El menú constaba del famaso pavo al horno, super jugoso, sabroso y riquñisimo, acompañado de puré de patatas, ensalda de espinacas, caserole que es una especie de guiso de verduras, verduras al horno con trocitos de pan, dos salsas de arándanos, dos mantequillas de framuesas y perejil y vino caliente con sidra de manzana. Además de toda la comida que prepararon, los invitados llevamos dumplings, pan casero y tortilla de patata. Sí, acabamos como pavos de todo lo que comimos.
Por si no fuera poco, cuando ya reposamos un poco la comida, Cassandra sacó el postre. Pero no solo uno, sino hasta 3 postres: Tarta de calabaza, tarta de nueces y tarta de manzana acompañados de nata montada.
No podía haber sido mejor nuestro primer thanksgiving. Buena comida en muy buena compañía. Gracias otra vez Cassandra. You made our day.
Categories
Submit a Comment